Por: Álvaro Castellanos | @alvaro_caste – Periodista, editor web y creador literario
La banda colombo-francesa presenta ‘Inerte’ y ‘Resistencia’: dos sencillos que redefinen tendencias dosmileras y se impulsan bajo los motores del desamor y las luchas internas de la mente.
En pleno 2023, en Colombia el buen rocanrol vive y resplandece sobre un fuego creativo que no se sofoca gracias a la aparición permanente de nuevas propuestas con potencial y de audiencias que siempre están en la búsqueda de sonidos frescos. Tanto las propuestas como las audiencias forman un nicho sólido, una oferta y una demanda inquebrantables frente a las tendencias impuestas por un mercado que apunta a otros ritmos. París Sobre Llamas, banda integrada por Rodrigo Llanos, Gautier Lacaille y Giovanni Sarmiento, da testimonio de este caudal creativo con el lanzamiento de Inerte y Resistencia, dos canciones que se potencian por la vitalidad que ofrece la interpretación en vivo de sus respectivos videoclips.
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En Inerte, el protagonismo inicial lo tiene la voz. Enérgica y pop, se impone sobre la guitarra y la batería, que ingresan en un segundo plano para acompañar un conjunto de versos cortos, los cuales ponen en marcha una canción cuya letra carga un peso nostálgico de prevención y de heridas que no sanan.
«Sigues en un mundo alterno donde todo sí era eterno, dices una vez más que no debes recordar; pero no hay nada que esperar, nada bueno me vas a dar».
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La fuerza instrumental se deja ver con visos de punk rock y un riff de guitarra que conecta con bandas que tuvieron su hype a finales de los noventa y comienzos de los dosmiles, como 3 Doors Down o Velvet Revolver. Esta asociación no es tan evidente, pero nos acerca un poco a la esencia de Inerte, un título que explica el estado emocional por el que todos hemos pasado cuando las esquirlas del desamor nos impactan y no logramos removerlas por completo.
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«Sólo quisiera entender por qué me arde la piel si he dado todo de mi ser, no entiendo cómo cubriste el ayer con otra piel».
La catarsis de la letra del segundo conjunto de versos revela engaño y una fase temprana en el duelo. Así como los primeros versos enseñan negación, los segundos enseñan ira. Este sube y baja emocional seguirá presentándose en la voz y en los instrumentos. Un timing, una contracción y expansión musical, que le entrega una muy buena dinámica rítmica al sencillo.
«Sigo aquí sentado, inerte, mujer, pero no te saco de mi mente y aunque ya ha pasado el tiempo, no sé, mi cuerpo se muere muy lentamente».
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Después del coro, el clímax de Inerte es un segmento rapeado. Un flujo de conciencia de ideas pegadas que van veloces e intensas. Un par de líneas lentas anteceden a un extenso segmento declamado, otra característica presente en el rock alternativo de finales del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI.
«Me duele cada paso dado por ti Ya no caminas a mi lado…Intento recordar por qué te hice mal. Mi vida en stand-by por qué tengo que pagar mientras vienes y vas como una estrella fugaz. Yo no soportaría verte mil años más».
«Voy flexin’ por la Street sin tu mirada en mí y aunque no puedo ver hoy tengo que perder mientras vienes y vas como una estrella fugaz yo no soportaría verte mil años más».
La aparición del coro y un solo instrumental apaga los motores de Inerte. Un sencillo que de alguna forma prefigura en su relato a Resistencia, el otro lanzamiento de París Sobre Llamas. Si asociamos a Inerte con una fase temprana del duelo, Resistencia podría estar plantada más adelante en la línea del tiempo hacia la sanación. El sencillo también comienza con la aparición inmediata de la voz y su letra dibuja un camino por el que el personaje deambula, exponiendo sus dudas y tratando de encontrar sus pedazos rotos.
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«Caminando estos pasos, construyo mis días y pretendo entender cuál es mi por qué y el viento lleno de humo en un mundo de mentiras nos hace creer, que estaremos bien».
Resistencia lleva un contenido lírico más filosófico que indaga sobre la condición humana, sobre la vida vista como una fase dolorosa y sobre las nociones del mal inherentes al hombre y al mundo que habita, tantas veces despreocupado con su sufrimiento.
«Y yo no sé, qué pasa entre el nacer y la muerte por qué somos indiferentes pretendemos odiar. No quiero ver cómo las almas mueren y se van, yo sólo veo niebla, una sombra, que nos quiere atormentar y no sé por qué».
La ejecución instrumental de Resistencia también se basa en riffs de guitarra y una batería que emula el sonido punk rock, pero que también se mueve en velocidades más espesas y en tiempos más lentos, los cuales sirven para desautomatizar la canción y hacerla menos homogénea. Para hacer una pausa y volver a tomar impulso, una y otra vez.
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«Doy un grito de dolor, mi cuerpo ya no lo resiste y no, no tengo que aguantar. Hoy quiero ver arder al mundo».
Pegado a la segunda estrofa llega el coro, duplicado, melódico y pegajoso en el buen sentido. Habla de la intemperancia del mundo y del anhelo humano de tomar fuerzas, pegar nuestros quiebres y seguir adelante sin importar los caminos pedregosos que toque andar.
«Y sólo quiero escapar, viste mi alma herida; debo salir a buscar, resis-tencia. Quiero dejar atrás tanta vida perdida y aunque no quiera luchar, con urgencia, resis-tencia.
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La vida entendida como un peldaño más del alma, una construcción de imágenes poéticas y el mensaje repetitivo de escapar acompañan el cierre de la primera parte de la canción.
«Cuando es que paremos, este sueño de vida de la hiedra maldita que hoy tenemos que escapar y con las manos cruzadas, sepan que no me sigas más y aunque los necesite, también me dejo robar.
Al minuto 1:57, un toque elegante que suena un poco a jazz y a rock progresivo adorna el sencillo y lo parte en dos, antecediendo a más despliegue instrumental y a la repetición triple del coro con algunas variaciones en la letra. La voz sostenida elevando sus escalas, deslizándose a diferentes melodías y un despliegue de riffs dan los puntillazos finales de Resistencia.
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Los dos lanzamientos de París Sobre Llamas, acompañados por videoclips en vivo, son apenas la cabeza de una grabación más grande que incluye ocho canciones y que aparecerá en el trascurso de 2023. Conviene elogiar que en ambos sencillos se presentan letras extensas, una intención contraria a nuestro presente de música más efectista donde el contenido lírico se ha convertido en un accesorio. Por fortuna, proyectos nuevos como París Sobre Llamas empiezan a contar su propia historia para seguir supliendo la necesidad de rocanrol a partir de esta intensa conflagración sonora despojada de fórmulas actuales.
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