‘Ruleta’ de RadioÉlite: dejándolo todo en el azar del Rock n Roll

Por: Álvaro Castellanos | @alvaro_caste – Periodista, editor web y creador literario

El filósofo Soren Kierkegaard decía que la vida no es un problema que debe ser resuelto, sino una realidad que debe ser experimentada. Y aunque ir hacia atrás ayuda a comprenderla, sólo podemos vivirla yendo hacia adelante. Esta idea parece una obviedad, pero invita a vivir el momento y no sentarse a contemplar lo que ya pasó, a la espera de aprendizajes o revelaciones, debido a que la vida en sí misma es incontrolable, pues se va tejiendo por medio del azar. Por ahí va encarrilada la idea de Ruletade la banda RadioÉlite, de Ibagué, Colombia. Una canción de Rock n Roll con influencias indie, que habla de abrazar los imprevistos de nuestra existencia, en medio del caos urbano y los destellos efímeros de cada momento que se nos pone en frente.

‘Ruleta’, la apuesta de RadioÉlite al rock latinoamericano.

«Luces de neón en la ciudad, llevan tus sentidos hacia el azar; las horas son cortas y quieres ver tu vida en una ruleta».

El arranque de Ruleta aborda esas contingencias, positivas y negativas, que chocan contra nuestra cotidianidad, tan marcada por leyes sutiles de causa y efecto, que construyen un destino alterado por lo impredecible.

La introducción, a pura guitarra, está atada a lazos musicales de bandas poderosas de repercusión mundial, como Muse o Queens of the Stone Age, si bien entre las capas internas de la canción también habitan intertextos de actos rocanroleros más retro. La voz es convincente, sutilmente rasgada y arrastra un vibrato que acompaña con fluidez la polifonía orgánica de los instrumentos.

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El deleite que producen las emociones aterrizadas en el riesgo del amor, es otra temática en Ruleta. De la nada, nuestras vidas se pueden entrelazar con resultados inciertos, donde más vale la pena disfrutar de la historia que se va escribiendo por medio de la exuberancia de lo desconocido, que evaluar los daños de una eventual fatalidad que no existe aún, pero seguramente llegará. Este mensaje lo sugiere el coro, que sonará una vez más durante los 3 minutos y 52 segundos de la canción.

«Miradas que juegan, deseos que explotan en placer, ruleta de amor, ruleta de amor».

Tratando de afirmarnos sobre las arenas movedizas de una relación turbulenta, llega el gozo que construyen dos almas que, distintas y mimetizadas, se aventuran a lo desconocido, donde la moral y las reglas socialmente impuestas están revaluadas. Un chispazo que puede perdurar para siempre dentro de nosotros, por más perecedero que sea.

Según estudio, estas son las 21 bandas más odiadas en la historia del rock.

«Y sentirás mi corazón en el paraíso de lo inmoral donde nadie te juzgará, las horas son cortas y quieres ver tu vida en una ruleta».

Cuando la canción llega estructuralmente a lo que parece ser su clímax, luego de un silencio sugestivo, de tomar aire para soltar lo que está por venir, los instrumentos no paran hasta el final y la voz sobresale por su ausencia. Durante casi un minuto y medio, el riff de la guitarra acelera acompasado por la batería, cada vez más trepidante, como si se tratara de una persecución policial en una historia neo-noir. Y así, con una escaleta impredecible, termina esta carrera musical de Rock n Roll, que descubre sus costuras desde el primer momento, pero cumple con lo que promete y, en ese sentido, no decepciona ni por un segundo.

¿Por qué las bandas se llaman como se llaman?

El videoclip de Ruleta confirma las atmósferas que induce la canción. A través de una imagen azulada y fría, una pareja hace una práctica de tiro en un campo abierto. Disparan a unas latas y trazan una complicidad especial, como parte de una relación que se anticipa trágica. Todo esto, mientras vemos a la banda aparecer por momentos tocando en una sesión anacrónica, como vista en un casete de VHS.

La pareja, al estilo de películas de los noventas como Reservoir Dogs o Natural Born Killers, se roba un carro. Luego, ambos se ven a sí mismos fumándose un porro, en un momento de placidez. Finalmente, efectúan un atraco, con la velocidad de la canción en su cumbre. Y se dan a la huida mientras tientan al destino: el mismo que nos tiene a usted y a mí leyendo esta reseña, sin saber que en cualquier momento tendremos que escapar, cuando una bola de demolición se nos aparezca en frente después de derrumbar las paredes de nuestra propia seguridad.


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