Por: Álvaro Castellanos | @alvaro_caste – Periodista, editor web y creador literario.
La banda colombiana lanza un EP incendiario que le canta a la resistencia y la autodeterminación.
En tiempos en que el fascismo acecha al mundo, el punk como forma de pensamiento y movimiento artístico sale al rescate para resistir bajo sus propios términos. Justamente, los mensajes políticos y autodeterminados son el motor musical de Isla de Perros: banda proveniente de Ipiales, Nariño, que le apuesta a un punk con fondo, contenido y fuerza en Molotov: un EP de dos canciones que se mueven con libertad y originalidad entre el ska y el punk.
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La primera mitad de Molotov se llama Primera Línea. Un título que no esconde intenciones. Cinco años después del estallido social en Colombia que propició el ascenso del primer Gobierno de izquierda en la historia del país, Isla de Perros invoca de nuevo a quienes resistieron para no morder el anzuelo del pesimismo mal informado, pero también para que sigan protestando conscientemente contra la injusticia.
El ska musicaliza Primera Línea luego de un arranque de velocidad en ascenso. Versos homogéneos con rimas imperfectas impulsan una canción que toma partido a favor del poder popular y que no da tregua rítmica.
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Ya los buenos tiempos ahora se quedan atrás, dónde está la gente que le gustaba saltar y los que marcharon en las calles, dónde se quedaron, el Estado los mató y a otros los olvidaron
El segundo conjunto de versos, apenas separados por un suspiro, invita a quienes en su momento protestaron contra los poderosos a salir de la comodidad digital. El ritmo de la estrofa y la longitud de los versos tiene la misma ejecución de la primera y construye familiaridad en la melodía de la canción.
Ocultos tras las redes, otros se quieren quedar detrás de una pantalla fácil pueden opinar. Su vida una basura que el Estado está apagando dónde está la gente que ahora quiero ver bailando.
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El coro de Primera Línea, festivo y vital, lleva versos más cortos y se repite dos veces, mientras la voz narradora llama de nuevo a la insurrección.
Yo no puedo, no quiero verlos más. Yo ya no puedo, que se larguen de acá x2
Después del coro aparece su primera y única pausa prolongada, que deja oír influencias instrumentales andinas, propias del departamento de Nariño y su cercanía con Ecuador. Después, la tercera y la cuarta estrofa vienen tan atadas como la primera y la segunda para sentar críticas contra la precariedad laboral, el neoliberalismo y la policía.
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Qué cruel es esta vida y quieres desaparecer, te vendes a una empresa, sólo pa’ poder comer. El sueldo que te dan no es para vivir dignamente, soñamos con un cambio, pero nos dieron de frente. Se acaba la semana y ahora puedes descansar con un par de cervezas te sumerges en el bar, la policía está fuera pero aquí la fiesta sigue
Quiero verlos bailando, aunque la muerte nos persigue
El regreso del coro anticipará una transición instrumental hasta el cierre de la canción a puro punk, como si su clímax estuviera justo al final. Dos riffs de guitarra con sonidos de sirenas de policía y revueltas sociales rematan construyendo una atmósfera de protesta y represión policial.
La segunda canción del EP de Isla de Perros se llama Escapar. Su sonido es más punk rock, de versos cortos y carácter nihilista. El mundo, capitalista e indiferente con nuestro sufrimiento, nos acorrala en un callejón y nuestra única salida es irreal.
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Abandonado en esta esquina, sólo esperar con agonía, afrontar mi destino, mi sello final; cómo quisiera tener otra vida y poder volar
El coro de Escapar se acompaña de un riff de guitarra cercano al rockabilly o al rocksteady. El mundo nos come vivos y queremos huir de lo inevitable, sólo que no sabemos cómo.
Me quiero largar, salir de acá; me quiero volar, quiero escapar
Las estrofas 3 y 4 de Escapar aumentan la zozobra de la voz narradora y mantienen la métrica de ideas cortas bajo el mismo ritmo. El personaje, desposeído y que no encaja en el mundo como lo conocemos, lanza súplicas como la búsqueda de un refugio o una mano amiga para escaparle a la muerte: un recurso tan cruel como autodeterminado.
Durmiendo en la calle buscando refugio, algún lugar, alguien que me acepte o que simplemente me pueda calmar. Alguien que me ayude a sacar de mí ese deseo vulgar. Todo el sufrimiento, todas las ganas de ya no estar x3
La aparición de la guitarra, del bajo y un riff que se acerca al thrash metal deriva en el retorno del coro y el final de la canción.
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Tanto Primera línea como Escapar están acompañados por un arte ilustrado y a todo color de una revuelta urbana. Los policías con cabezas de perros, un hombre alienado con un ojo gigante sentado en un sofá, gente punk en el fondo de la imagen y los miembros de Isla de perros con sus instrumentos conforman una composición provocadora y que captura el espíritu de anarquismo que también transmite Molotov: un EP que sólo necesita de dos canciones para activar el resplandor punk que todos llevamos dentro.
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