La historia se ha contado muchas veces: músico con pasado eléctrico busca nuevas formas de decir las mismas verdades, o tal vez otras. Lo que cambia cuando se trata del peruano Nicolás Duarte es que nunca hubo una única versión de él. Pasó por Cuchillazo con los dientes apretados, moldeó Camarón Jackson con ritmo y agitación, y hoy sigue girando en la órbita multicolor de La Mente. Pero lo más desconcertante ocurre cuando firma con su propio nombre. Ahí es donde realmente empieza a desarmar todo lo anterior. ‘Levitar Caer’ es el segundo adelanto del disco que viene, y también una escena de ruptura íntima, casi silenciosa, pero imposible de ignorar.
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Hay una especie de desobediencia suave en esta canción; lo que parecía una equivocación en el estudio —esa frase tropezada que cambió “evitar” por “levitar”— terminó activando toda una construcción sonora y visual. Lo importante es lo que no se corrige. Duarte entendió que esa torpeza tenía más potencia que la versión ordenada. Porque flotar mientras se cae es la imagen perfecta para describir una ansiedad que no estalla, pero carcome. Esa contradicción en el lenguaje se volvió también una dirección estética. El videoclip, dirigido por Marco Arauco y Javier Lima, lo refleja con una lógica extraña que no pide permiso: figuras de otro mundo, arquitectura derruida, símbolos sin contexto, un mimo exhausto que sigue caminando aunque el espacio se haya rendido hace rato.
La mirada de Duarte no parece estar puesta en hacer sentido, sino en revelar un estado emocional crudo. Lo consigue no desde la acumulación, sino desde el desgaste. En el videoclip, los pasillos están vacíos, los muebles gastados, los cuerpos maquillados hasta no parecer humanos. Entre todo eso, un ciervo negro. No se explica. Pero se entiende. Porque algo en esa mirada inmóvil transmite lo mismo que la canción: la fragilidad que sobrevive disfrazada de impulso.
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En su recorrido en solitario, Duarte ha conseguido lo que muchos ni siquiera se atreven a intentar: cambiar. No como acto performativo, sino desde la forma de componer, grabar y decir. Cada disco ha representado una salida lateral, una nueva forma de usar las herramientas que ya conoce. Levitar Caer mantiene esa costumbre. No se parece a lo anterior, ni lo reemplaza. Simplemente gira en otra dirección. Sin aspavientos. Sin explicaciones.
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