Por: Álvaro Castellanos | @alvaro_caste – Periodista, editor web y creador literario
Con el lanzamiento del sencillo CPR (abreviatura de “Cardiopulmonary Resuscitation”), el sexteto panameño ofrece una conversación fluida entre sonidos post-hardcore, nu-metal, industriales y otros más heterogéneos.
El arte en toda su amplitud siempre será susceptible de interpretación. Por eso, el significado de una obra puede ser distinto para todos. No en lo evidente, sino en lo encriptado. En los detalles que insinúa una pintura, un cuento o una canción. Interpretaciones en las que no hay respuestas correctas ni incorrectas. Sólo la prueba de que, una vez creadas, las obras dejan de ser de su autor y pasan a ser de la subjetividad de quien las consume. Justamente, con una propuesta conceptual abierta a la interpretación discursiva, la agrupación panameña Dowel presenta CPR: una canción potente de metal alternativo que se mueve libre entre tendencias afines y elementos más diversos.
Desde Panamá, Dowel estrena ‘CPR’, una invitación a pensar antes de actuar.
Dowel, fusión de la expresión Do Well, nos habla de hacerlo bien en la vida y de alcanzar la realización personal, tal vez como una relación de causa y efecto entre la primera y la segunda idea. Formados en 2003, tuvieron un hiatus de nueve años, volvieron en 2019 y retomaron en 2023 con un sencillo llamado CPR, sobre las ruinas de la vida que estamos destinados a habitar.
CPR arranca al son del Metalcore y se desliza sobre una pista industrial. Una primera voz, gutural, pero inteligible, lanza un llamado a la calma en medio de la tormenta y antecede a una segunda voz de versos cortos, más rápida y recitada. Ecos nostálgicos de bandas de finales de los años noventa como Powerman 5000 o Static-X retumban sobre una propuesta enriquecida por matices más heterogéneos, como el Shoegaze o el EDM.
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«Respiraré, calma, todo el peso cae, sobre mí. Respiraré, calma, todo el peso cae. Es insensato estar exhausto y merodearte. Soltar la cuerda antes de ponerme a pensar ¿Cuántos disparos le quedan a tu revólver? ¿Cuántos segundos antes de reaccionar?»
Una bomba de tiempo corre por la consciencia de la segunda voz narradora. Pero en medio de la furia, la reflexión reclama su lugar. ¿Qué pasa cuando nuestros actos no tienen vuelta atrás? ¿Qué pasa cuando las consecuencias son irreversibles? Bajo esa dualidad, sugerente y extrema, se mueven las líricas de CPR: una reanimación cardiopulmonar que podría funcionar como una metáfora acerca de pensarlo dos veces antes de saltar a un punto de no retorno.
«Y tantas veces he sentido ahogarme Y tantas veces sin sentido».
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Terminada la primera estrofa, voces en segundo plano funcionan como antesala para el sacudón del coro. La voz, melódica y profunda, toma rumbos cercanos al Hardcore punk y recuerda el sonido latinoamericano de una banda como Carajo.
«Respirando no hay tiempo para la emoción, respirando parece todo, una ficción».
Apariencias, ataques, traición. Las provocaciones de la vida nos golpean al son de una métrica y una musicalidad que calca la primera estrofa y le entrega a la canción una cadencia, un ritmo, una familiaridad.
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«¿Y cuántas veces distraes tus malabares? Afilas colmillos sin dejarme hablar Cruzas mirada con estilo inquietante Tomas la piedra, tu intención es lastimar Y tantas veces he sentido ahogarme Y tantas veces sin sentido»
El regreso del coro por duplicado, con una pequeña variante en la letra (respirando, ya pronto acaba la función), conduce al momento de mayor espesura instrumental de CPR. Dowel baja sus revoluciones, aumenta su intensidad, contiene la furia en un riff meticuloso y prepara el terreno para el mayor desahogo de la canción, envuelto en dos gritos guturales de batalla.
«Respiraré Reanimaré»
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Luego de la reiteración del coro, CPR detiene su marcha luego de casi cuatro minutos a puro metal alternativo. En tanto, su videoclip trae un formato cinematográfico, evidente desde su inicio, con la aparición de lo que parecen ser los créditos de una película. En él se ve a Kochi, José, Harry, Jhon, Arturo y Javier, integrantes de Dowel, interpretando la canción en un ambiente industrial con brillos naranjas y oscuros. En medio de su performance, aparecen destellos que muestran a una joven amarrada a una silla, con los ojos tapados por una venda que muestra mensajes intermitentes como «soledad», «rechazo» y «fracaso». Al frente, aparece una figura monstruosa que la tiene secuestrada y se mueve en una velocidad antinatural. Sin embargo, sobre el cierre del video, la joven recupera la visión y se sugiere la idea de que fue liberada.
Entre las múltiples interpretaciones sobre el mensaje que invoca CPR, puede concluirse que respirar, detener el arrebato, y frenar la reacción animal nos ahorra problemas, pero también nos deja sin la emoción de estar vivos y nos aleja del plano inmoral y apasionado de nuestra dualidad. Detener la marcha cuando nuestros pies llegan al borde del precipicio puede ser aconsejable en muchas ocasiones, pero en muchas otras convendrá lanzarnos. Al fin y al cabo, si saltamos, del otro lado siempre estará el piso.
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