Cantautora, soñadora, compositora y creadora, son algunas de las palabras que describen a Malaïka, quien con su afropop muestra una propuesta distinta a lo que dicta la moda. Llena de desafíos y metas, esta jalisciense de sonrisa toda de dientes, cabello crespo, piel almendrada y voz aterciopelada, surge en el competido mundo de la música nacional con la seguridad de que su música habla por ella y su personalidad va por delante, así como la seducción que conmoverá al público por su manera de interpretar.
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Hija de madre tapatía y de padre haitiano. De ahí su influencia musical, su fascinación por los ritmos afrocaribeños, su pasión por los mids y up tempos. La mezcla-fusión de estilos que le da notoriedad porque no se parece a nada a la música actual en México. Es parte de su identidad, lo lleva en la sangre, es como su su huella dactilar transportada a la experiencia auditiva.
Mulata: En términos sociales se refiere a una persona que proviene de padre y madre de piel negra y blanca. Sencillo, fácil, claro, puntual… Sí, ella es.
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“La Mulata” es el primer sencillo de Malaïka, producido por Kiko Cibrián. Una canción con un ritmo muy característico de los latinos, lleno de sabor, cadencia y pasión acompañado de una letra que grita con orgullo las raíces latinas, de Malaïka y de todas aquellas personas mulatas que se sentirán identificadas.
Con este sencillo podemos reafirmar que a ella le fascina la idea de gritarle al mundo lo orgullosa que está de su descendencia.
“Claro, tiene mucho de mi personalidad. La escribí hace dos años, la idea principal era una canción de kompa y ya con la producción giró a algo más pop».
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