Por: Álvaro Castellanos | @alvaro_caste – Periodista, editor web y creador literario
El músico colombiano Moshtaza saca de su sombrero un lanzamiento con mucha personalidad, que propone una veloz conversación entre punk, hardcore, rap y electrónica.
Sonar a sí mismo en la música tiene un mérito incalculable en tiempos efectistas de mímesis, réplicas y el argumento ligero de que todo ya está inventado. Asomar la cabeza por fuera de los géneros canónicos y atreverse a tomar con arrojo y originalidad el camino de los híbridos es la consigna del músico colombiano Moshtaza, que luego de 19 años haciendo ruido en escenas alternativas presenta Siempre como culebra, un coctel vertiginoso que pasa a toda velocidad tomando insumos de los estantes del punk, el hardcore y el rap.
Mira ‘Siempre como culebra’, lo nuevo de Moshtaza.
Su canción arranca con un sonido industrial de guitarras electrónicas y percusiones artificiales. El grito de batalla polifónico y alternado de Moshtaza y el manizaleño xCrisx Edge pone en marcha Siempre como culebra, que en su desarrollo dejará ver influencias de bandas como Rage Against the Machine, Atari Teenage Riot y Die Antwoord.
«Siempre como culebra Ten cuidado estoy al acecho Siempre como culebra Ya date por vencido, no puedes escapar 2x».
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La primera estrofa funciona como coro y se repite varias veces. La letra es una declaración de principios acerca de encarar la vida con decisión y lealtad, yendo de frente, enfrentando los contratiempos y sin esconderse. La figura de una culebra poderosa, vigilante y escurridiza, es la construcción de imágenes utilizada por Moshtaza para caracterizar a la voz narradora.
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«Fíjate bien, fíjate bien Nunca más volveré a repetir lo que te voy a decir Todo este maldito juego que nos tiene atrapados No nos queda nada y luego estamos acorralados».
El spoken word de Moshtaza entra raudo, conectado al coro inicial y sin dar tregua en la escaleta de la canción. Lleva un tono aleccionador en segunda persona. Habla de las farsas de la vida. Hace un llamado a encarar el mundo hostil. E invita a estar alertas, atentos, como si fuéramos habitantes animales de una selva donde sólo sobrevive el más fuerte.
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«Estás pensando que puedes esconderte ¡No! De mis ojos reptiles no puedes ¡Ya! Ingenuamente pretendes perderte ¡Ja! Sientes los colmillos ¡Pero es tarde!».
El narrador, convertido en culebra, asume sus características de visión privilegiada y colmillos que matan. La culebra acecha, amenaza y no perdona. Tarde o temprano no será posible seguir escondiéndose de ella y habrá que enfrentar su letalidad. En la canción hay una pausa en las voces y, por unos segundos, los instrumentos quedan hablando solos. La percusión artificial mantiene su velocidad sobresaliendo junto a los scratches, mientras el dúo toma aire para disparar la segunda parte de la canción.
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«Mira bien cuántas veces vas a fallar Cuántas veces te puedes ocultar No puedes fallar, se me escapará un latido más Y mi corazón no soportará».
La intención lírica de la canción mete un timonazo sobre el final. Los poderes animales se humanizan, se transforman. El grito de batalla ahora invoca la unidad, la resistencia. Una utopía de cambio y la suma de fuerzas conjuntas para derrotar al poder, al sistema, a «la máquina». La repetición del leitmovit sonoro «siempre como culebra» impulsa la canción hasta su cierre. Un sacudón actitudinal de 2 minutos y 36 segundos que activa el deseo de seguir escuchando a Moshtaza.
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«Siempre sigiloso como el escorpión Nunca quites la mirada, atacas a traición El futuro debemos cambiar Pronto a la máquina tenemos que matar Este no es el destino final Enséñame el arsenal».
El videoclip de Siempre como culebra refuerza en lo audiovisual la intención del sencillo. Moshtaza y xCrisx Edge aparecen en ambientes discotequeros interpretando la canción. Destellos de luces, colores, sacudidas de cámara, un collage de cortes y planos picados y contrapicados dominan la realización del video. xCrisx Edge toca la guitarra y presenta una voz más orientada al hardcore, mientras que a Moshtaza lo vemos con rapeando y con un tono vocal más limpio. Superando las 37.000 reproducciones en YouTube, el video demuestra el interés que despierta la propuesta y cumple lo que promete al acompañar con imágenes el vértigo que induce de la canción.
La música de Moshtaza suena diferente. Expone las costuras de sus referentes, pero también sabe darles vuelta y reinterpretarlos con un estilo personal. Este clamor de originalidad lo ha llevado a empaquetar su música bajo un rótulo creativo que él mismo llama Digital Punk: un resultado de híbridos musicales enérgicos y electrónicos, que recoge la frescura y vitalidad de quien patea cabezas en algún pogo mientras le echa salsa amarilla a su perro caliente.
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