Crónica: Daniela Bernal.
Colaboradora Colectivo Sonoro
Casa Kolacho es un centro cultural que tiene como enfoque hacer aportes a la sociedad desde el hip hop. Sus bases están cimentadas en los elementos principales del género: B-Boys, MC’s, DJ’s y graffiti los cuales sirven de herramientas de renovación social y de resistencia a la violencia.
Casa Kolacho nació en el año 2009, lamentablemente, del asesinato de Héctor Pacheco, Kolacho, líder de un grupo de jóvenes que apoyaban el arte y la cultura como símbolo de resistencia a la criminalidad.
Este parche se ha encargado de que la juventud, estigmatizada por sociedad por su forma de vestir, caminar o expresarse, termine siendo referente de un territorio en donde la violencia era pan de cada día, pero que gracias al hip hop se convirtió en un espacio de transformación a través del arte, generando una construcción social en los habitantes de su comunidad.
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Durante las últimas dos décadas Medellín ha sufrido en carne propia los desmanes de la violencia en Colombia. El narcotráfico, el paramilitarismo y la guerrilla han sido los actores principales de los conflictos que desataron una sociedad violenta y desigual en las comunas de la ciudad.
La comuna 13, al occidente de Medellín, con 24 barrios entre los estratos 1 y 2; desde los años 70, fue el epicentro de la violencia en la ciudad. El drama que vivieron sus habitantes victimizó su realidad, pero fue una realidad que tocó fondo y se volvió efímera con gracias a la música y al poder de transformación de ella en la sociedad.
Las paredes y los muros que conforman sus calles y laberintos pasaron de ser escudos de balas y refugios a convertirse en la guía que, a través de graffitis y pinturas, narran una a una las historias de transformación social que el hip hop ha logrado en el sector.
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Los raperos de la comuna se pusieron un reto, rescatar a los jóvenes víctimas de la violencia en la 13 creando espacios en donde ellos se sintieran importantes y pudieran hacer aportes culturales y tener un crecimiento como personas. Todo esto a través de cuatro elementos importantes: el canto, el graffiti, el baile y la música.
Estas alternativas culturales, que nacieron en Casa Kolacho, se convirtieron en refugios de esperanza en un lugar en donde los medios de comunicación replicaban la violencia que fomentaban los actores del conflicto.
Gracias a la música, la pintura y el baile; la comuna 13 ha logrado construir tejido social en sus habitantes y ha fomentado el trabajo en equipo y el respeto por la vida.
Canciones que hablan, huelen y suenan a Medellín.
Casa Kolacho se ha convertido en el soporte de esta carga social que llevan a cuestas sus habitantes y con cada acción que realizan, demuestran que su papel en este mundo es construir. No hay que abandonar los problemas, hay que hacerles frente y darles la cara.
Este parche le ha enseñado a su comunidad, a través de estas intervenciones culturales, que el barrio se respeta y que la mejor manera de salir adelante no es huyendo sino resistiendo a través de las manifestaciones artísticas.
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