David Robert Jones, más conocido por su nombre artístico David Bowie, cumple siete años de fallecido. El músico, compositor, actor, productor discográfico y arreglista murió a los 69 años luego de combatir por más de 18 meses un cáncer. [Cómo seguir descubriendo a David Bowie?]
«10 de enero 2016 – David Bowie murió pacíficamente hoy rodeado de su familia después de una valiente batalla de 18 meses contra el cáncer. Mientras que muchos de ustedes compartirán esta pérdida , les pedimos que respeten la privacidad de la familia durante el tiempo de la pena», se publicó en su cuenta de Facebook.
La noticia fue confirmada por su hijo mayor Duncan Jones mediante un tuit, que está ilustrado por una fotografía en donde se le ve en compañía de su padre cuando Jones era un niño.
Bowie fue una de las figuras importantes de la música popular durante más de cinco décadas, fue considerado un artista innovador y vanguardista gracias a su peculiar voz y a su capacidad de reinventarse en cada proyecto que realizaba.
En 2004, la revista Rolling Stone lo posicionó en el lugar 39 de su top de los 100 rockeros más importantes de la historia, y en el puesto 23 de los mejores cantantes de todos los tiempos.
En sus más de 50 años de carrera artística, Bowie editó 25 álbumes de estudio en los que experimentó con diversos géneros musicales como el rock, soul, funk, jazz, pop y electrónica. Además, durante su periplo musical colaboró con una gran cantidad de artistas entre los que destacan Lou Reed, Iggy Pop, Queen, Nine Inch Nails, Placebo, Massive Attack y Arcade Fire.
Recordamos a El Duque Blanco con una lista de 20 de sus mejores y más memorables frases:
Mi música explica lo que siento por mí.
No se me ocurriría trabajar en otra esfera musical. Es la única música que me gusta, la de vanguardia. Así ha sido desde que era un niño… Nunca he tenido ningún tipo de interés por la música mainstream.
No creas en ti mismo, no engañes con la creencia. El conocimiento viene con la liberación de la muerte.
La gente de mi generación, y no hablo sólo de los Rolling Stones, se ha acomodado en una especie de limbo. Nadie se atreve a saltar sin red. Casi todos siguen haciendo la misma música que hace veinte años. Yo preferiría jubilarme antes que caer en eso.
No hay que cuestionarse todas las cosas en el cielo o en el infierno.
Hubo un tiempo en que los cantantes de rock nos creímos dioses y pensábamos que íbamos a poder cambiar el mundo. Han pasado veinte años de todo aquello y ya vemos cómo estamos. A veces me siento responsable del embrollo en que hemos metido a nuestros hijos.
Solo soy una persona que piensa que nadie debe calificar mi trabajo. Estoy trabajando para mí.
Resisto lo más posible la tiranía del mainstream. En la mayoría de las artes que me interesan, prefiero buscar en la periferia: en la pintura, el cine, el teatro, la música. Es fuera de la sociedad convencional que encuentro la real esencia de la creatividad innovadora y excitante.
Lo que haga no es muy intelectual. Yo soy cantante pop por el amor de Dios, soy bastante sencillo.
Aprendí mucho tomando drogas, mucho sobre mí mismo y sobre la vida. Dicho todo esto, no aconsejaría a nadie que las tomara. Pero, ¿Sabes una cosa? Odio ponerme en plan paternalista. Por más que diga, la gente joven va a seguir tomando drogas porque es una forma de experimentar. Todo depende de lo aventurero que sea uno. Yo he estado en el agujero y sé que es muy difícil salir de él.
Quería demostrar el poder sustentador de la música.
El verdadero éxito viene cuando yo alcanzo una cierta plenitud en la composición e interpretación de un trabajo. Cuando un trabajo es, para mí, artísticamente vibrante siento que he alcanzado ese tipo de éxito que me parece el único por el cual vale la pena luchar. Cualquier éxito material es algo secundario o, supongo, una especie de bono de reconocimiento. El real éxito es artístico y espiritual.
Podemos ser héroes solo por un día.
El único error real es tratar de seguirle la corriente al gusto de la audiencia. Lo único que produce es una suerte de humillación interior.
Lo que hago es que escribo principalmente sobre los sentimientos muy personales y muy solitarios, y exploro de una manera diferente cada vez.
No seré modesto sobre esto: con sólo un par de excepciones, todos los músicos con los que he trabajado han hecho su mejor trabajo conmigo.
Creo que un artista debe ser siempre fiel a los dictados de su corazón.
Lo que me gusta hacer con mi música es despertar los fantasmas que hay dentro de mí. No los demonios, pero sí los fantasmas.
El futuro le pertenece a quien puede oírlo llegar.
No hay nada que aprender del éxito (… ) Todo se aprende del fracaso.
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