Böjo, es el proyecto en solitario de Samuel Lizarralde, productor colombiano que ha trabajado con artistas como MOÜGLI, Pedrina, Bajofondo, Carlos Sadness, entre otros. El proyecto plantea un camino y una guía para entrar en el mundo de la electrónica, desde la música clásica al downtempo, llegando al micro house y, finalmente, desembocando en el techno.
Influenciado por una gran variedad de artistas, desde Claude Debussy hasta Nicolas Jaar, e inspirado por la simetría de la arquitectura, desde el brutalismo, a la corriente futurista, Böjo, rescata y nos envuelve con estos elementos que estuvieron presentes desde su infancia y han construido su personalidad artística. Partiendo de una exploración desde el piano clásico, cada nuevo lanzamiento de Böjo marca una evolución musical a la que se van añadiendo elementos, como una búsqueda del tesoro, que desembocará en una obra redonda, compleja y siempre en evolución.
Después de “Solo, Op. 1: No.1” y “Marte, Op. 1: No. 2”, Böjo presenta el tercer sencillo de su primer EP como solista, que marca una evolución musical en cada uno de sus cortes. “Altar Op. 1, No. 3”, una reflexión sonora sobre la posibilidad cíclica del tiempo, llevando la propuesta musical a la idea del eterno retorno.
“Altar” es una nueva exploración a la concepción moderna del tiempo: el tiempo del cual nos creemos dueños, organizándolo, comercializándolo y disponiendo de él como si fuera a veces un recurso más, un bien más al cual acceder. Pero es el tiempo quien nos controla totalmente y, en nuestra mente moderna, se nos olvida que es él quien decide cuándo existimos y cuándo dejamos de existir. La concepción que tenemos del tiempo es a veces tan vaga como nuestra creencia constante de poder controlarlo. Nuestra percepción del tiempo radica en su linealidad y hemos ignorado que quizás esta teoría lineal puede estar totalmente equivocada. Desde el hinduismo y el budismo hasta Nietzsche, diversas teorías plantean un tiempo cíclico, un espiral infinito que se repite eternamente y del cual hacemos parte, no solo en esta, sino en todas nuestras vidas. “Altar” habla de esto, de cómo ignoramos aquel fenómeno que nos controla totalmente, de cómo dejamos de pensar en su paso imparable y lo damos por sentado y de lo poco que sabemos de él”. – Böjo.
“Altar Op. 1, No. 3” está construida sobre el motivo de un reloj galopante que obra de manera acompasada para recordar que el tiempo avanza implacablemente, pero no hacia una dirección finita como en el caso de un reloj de arena, sino en bucle, de manera cíclica como un reloj de manecillas. La atmósfera que construye es de calma plena en el sentido de que prefigura una posibilidad de un día nuevo, una nueva oportunidad para reencontrarnos con nuestro ser, dispuesto de manera ordenada en el núcleo mismo de donde nacen los tres brazos metálicos que dan vueltas cada día.
La música de Böjo es un regreso a la experiencia inmersiva de la canción y presupone una escucha activa de cada uno de los detalles que, continuando con el símil, se presentan complejos y ordenados como los engranes de la elegante mecánica invisible de los relojes.
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