En algún lugar de la ciudad de Los Ángeles, California hay una escena. En los lotes vacíos de Boyle Heights, Watts, Compton y el este de Los Ángeles shows punkeros de alta energía y bajo presupuesto estallan simultáneamente todas las noches de la semana. La mayoría de adolescentes que organizan estos shows al margen de la ley son de ascendencia latina.
Estos chicos latinos han creado su propia escena, con sus propias bandas y con un total desinterés del ‘mainstream’. Es una escena creada para ellos mismos y con el propósito principal de protegerse momentáneamente de las tragedias que los amenazan a diario: pobreza, aislamiento y violencia.
Dante tuvo el honor de ser parte de algunos de estos shows cuando recién se habían mudado a Los Ángeles. Los más memorables que tocaron ocurrieron en la infame intersección angelina, donde se cruzan las calles Florence y Normandie.
La historia de esta intersección está relacionada con la primavera del año 1992 cuando unos de los disturbios más intensos en la historia de Estados Unidos ocurrieron a causa de tensiones raciales e intolerancia de parte de la policía de la ciudad. Pasados más de veinte años, aquellos destructivos fuegos se han apaciguado, pero para el grupo, tocando aquella intersección esos fuegos recobraron vida a través de la pasión e intensidad de esos chicos por la música.
«Con tantas canciones sobre Los Ángeles, era difícil no escribir algo que sonara repetitivo. Así que decidimos explorar los fantasmas que rondan en el pasado de los Ángeles y crean su presente: Los disturbios del 92 y la nueva escena adolescente chocan unos con los otros en nuestra nueva canción, Florence and Normandie».
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