Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste
Después de 40 años y 17 álbumes de estudio, una banda alcanza un estado de gracia que la hace intocable, de culto, más allá del bien y del mal, y especialmente cuando no se convirtió, a diferencia de muchas otras, en un acto de nostalgia. En ese punto de la historia está Bad Religion, que hoy es testimonio de una longevidad brillante, justo después del lanzamiento del disco Age of Unreason, decimoséptimo en su historial, y por el cual regresará a Colombia tres años y medio después de su primera vez en el país de la fotocopia de la cédula al 150 por ciento. Sin embargo, pese al esplendor que viven hoy, la banda de la cruz tachada no hace mucho tropezaba con la incertidumbre de lo que pudo ser su disolución.
Cuando lanzaron su anterior disco, True North (en 2013), Jay Bentley le dijo a Brett Gurewitz que, si aquél iba a ser el último disco de la banda, quedaría conforme con despedirse así porque se trataba de un trabajo con toda la altura que Bad Religion merecía. Por esa época, los genios salidos de Woodland Hills, distrito de Los Ángeles, pasaban por un punto incierto. Después de media vida de evangelizar al mundo con su progresismo melódico, Greg Hetson y luego Brooks Wackerman, dos inamovibles de esta alineación durante mucho tiempo, dejaron la banda.
Bad Religion, The Offspring y un concierto con mucha ciencia.
Hetson, leyenda en otras agrupaciones eminencias del género como Circle Yerks, contó en una entrevista que, por el tiempo en que se despidió de Bad Religion, su esposa le metió el tallo de una manzana hasta la garganta mientras iban en un carro en movimiento y lo lanzó directo a la carretera. El diminuto guitarrista que, ha tenido una vida muy punk, cerró la puerta de BR desde afuera en 2013, seguido en 2015 por Wackerman que, una noche cualquiera se acostó a dormir siendo baterista de Bad Religion y, al día siguiente, ya tocaba con Avenged Sevenfold. En ese período, Greg Graffin estuvo especialmente comprometido con la academia, lanzando libros, papers, investigaciones científicas y poniéndose sacos de paño con coditos de pana para dar clases de ciencias humanas en la Universidad de Cornell, en Nueva York. Y por su lado, Brett Gurewitz, cofundador y productor de BR, se había distanciado de todos e, incluso hasta la fecha, aparece sólo para producir los discos y grabar sus guitarras. Su rol corporativo en Epitaph Records lo terminó convirtiendo en un part-timer en el día a día de la banda.
Tambaleando sobre su propia falta de certezas, Bad Religion estaba lejísimos de creer que, seis años después estarían dándole una bocanada extra al pesimismo optimista que históricamente los ha oxigenado de inspiración, y girando de nuevo por todo el mundo para promocionar un nuevo disco que, si no es mejor que el True North, pega en el palo. «Sometimes there’s no sane reason for optimism», dice una de las líneas más poderosas de My Sanity, primer sencillo que emanó del Age of Unreason. Un verso de pura verdad. Un verso contra la versión de las dictaduras neoliberales del bienestar que aseguran lo contrario.
Pese a las tribulaciones que llegaron en tiempos del True North, Brian Baker, una de las piezas más estratégicas de este aparato musical, y otra autoridad fundacional para el punk y el hardcore estadounidense, seguía firme con la banda a la que llegó en 1994, después de trasegar por proyectos inmortales como el mismísimo Minor Threat. Baker es la guitarra titular de Bad Religion desde que Brett toca a tiempo parcial y el ejecutor del riff más representativo de la banda: el que arranca American Jesus, el himno que sobresale sobre más de 300 disertaciones musicales promulgadas por Greg Graffin y compañía durante los últimos 40 años.
En el año en que Bad Religion cumple cuatro décadas evangelizando sobre el caos del mundo, y con la banda en un halagador momento de florecimiento creativo, Brian Baker contesta su teléfono personal desde Birmingham, Alabama, donde Bad Religion tocará esa noche como parte de una larga gira promocional de su más reciente disco, que ya los llevó a Europa a mediados de 2019, y que los trasladará a finales de octubre hasta Suramérica, cuyo último destino será Colombia. Pese a que la llamada se cortará dos veces, Baker no renuncia a su amabilidad y espera con paciencia por una charla en la que se va a revelar muy distinto al personaje huraño que se lo ha devorado en muchas otras ocasiones cuando de contestar entrevistas se trata.
¿Cuál crees que es la clave para que Bad Religion no pase de moda? Para cautivar fans de diferentes edades: gente joven, gente mayor…
Creo que todo tiene que ver con seguir haciendo buenas canciones. Brett y Greg han escrito canciones inmensas con el paso de los años. No importa lo que esté de moda, o cómo nos vemos. Siempre buscamos seguir trasgrediendo con el mensaje que compartimos. Somos muy afortunados de que la gente siga sacándole provecho a Bad Religion a pesar del tiempo. Nos sentimos honrados por eso.
Después de seis años, BR lanzó un nuevo disco de estudio. ¿Cómo explicarías el Age of Unreason?
Age of Unreason es una reflexión sobre lo que le está pasando al mundo. Acerca de ese sentimiento global muy diferente a la idea de que la gente se respete a sí misma y respete el mundo en el que vive. Hay un pensamiento impuesto que está envenenando a la gente. El disco hace un comentario general sobre todo eso.
Actualmente, muchos Gobiernos en el mundo, lo sabes, defienden ideologías de Derecha. EE.UU., Reino Unido, e incluso países suramericanos como Brasil, Argentina y también Colombia. Son Gobiernos que están en contra de las libertades individuales, conservadores, cristianos y que infunden odio hacia la diferencia. ¿Por qué crees que esto está pasando? Que millones de personas estén votando por estas ideas…
Es una situación de todo el mundo y es oportuno que lo menciones. No pasa sólo en EE.UU. Esta opresión y este nacionalismo parece ser global. Y Age of Unreason habla de eso. No entiendo cómo esto también ocurre en Suramérica, ¡que la gente elija estos Gobiernos! Pero todo tiene que ver con personas que rechazan a otras personas que no lucen como ellos y sienten miedo por eso. La religión, en parte, lo difunde. El miedo. En EE.UU. y en varias partes del mundo hay mucha gente que elige Gobiernos conservadores, Gobiernos de Derecha, porque creen que es el plan de Dios. Creen que ese pensamiento es la única forma de mantener el mundo como lo conocen. Y esta gente no entiende lo maravilloso que somos gracias a la diferencia. Ni cómo la inmigración es lo mejor y lo más rico que puede ocurrir en cualquier país. Luego aparece la extracción de recursos naturales y el petróleo, por dar otro caso. Esa es otra práctica que acompaña a estas ideas, viejas, obsoletas, que no deberían tener cabida en pleno Siglo XXI.
Hablando de Siglo XXI, Brian, una de las canciones que ustedes nunca paran de tocar es 21st Century Digital Boy (1990). Junto a American Jesus (1993) debe ser la canción que más han tocado en vivo. Cientos de veces. ¿Cómo encuentras inspiración para subirte a un escenario e interpretar el mismo tema una y otra vez?
Tocamos estas canciones porque nos inspiran. Y cada vez que Bad Religion se presenta, hay gente que nunca nos ha visto. O que nunca nos había escuchado. Y es un privilegio darles a conocer American Jesus o Digital Boy. Nunca me aburre tocarlas porque, al final, hacer música es algo que no hago con el fin de entretenerme a mí, sino de compartirla con la gente. Y es genial ver cómo la gente reacciona. Y lo seguiré haciendo con felicidad por el resto del tiempo. Hay un placer especial de tocar estas canciones poderosas para la gente.
La primera vez que Bad Religion tocó en Bogotá, no sé si lo sabías, justo a esa hora, en ese momento, en otro punto de la ciudad, los Rolling Stones estaban tocando también y también era su primera vez en Colombia. Para muchos, los Stones son la mejor banda en la historia del rock. ¿Cuál es la mejor banda de la historia para ti?
La mejor banda de la historia… ¡jum¡ Es difícil. Pero creo que son los Beatles. Mi favorita podría ser The Damned. Si pensamos en toda música moderna, bueno, los Stones están muy arriba, pero encima pondría a los Beatles.
Si pudieras volver en el tiempo, ¿qué harías con Minor Threat? Estuviste en una de las bandas más influyentes para el punk y el hardcore en toda la historia y duró muy poco. Eras muy joven también para esa época. Pero, ¿qué habría pasado con Minor Threat si pudieras decidirlo hoy?
Mira, yo creo que una de las razones por las que Minor Threat fue tan importante fue porque rompimos [risas]. Minor Threat fue un producto de su tiempo. Y la razón del legado de Minor Threat tiene que ver con que la banda se acabó. Ellos siguen siendo mis hermanos y seguimos compartiendo regularmente. Pero si no nos hubiéramos separado en 1983, hubiera ocurrido en 1984 [risas]. Minor Threat fue una banda creada para un tiempo limitado. Y soy un afortunado de haber hecho parte de ellos por ese par de años, pero no nos vamos a reunir jamás, ni nada por el estilo. Sólo fuimos una especie de botella que luego se dedicó a flotar por las aguas de la historia.
Has compartido por más de veinte años con ese genio llamado Greg Graffin. ¿Cómo lo describirías?
Greg es misterioso. Pero también es un increíble amigo. La gente tal vez no lo sepa, pero es muy divertido. Es un tipo muy serio, pero muy dulce a la vez. Es difícil llegar a conocer a alguien como él. Me gustaría que todos puedan verlo, como cuando damos un paseo en bicicleta. Es un tipo súper divertido. Normal, como todos nosotros; con la diferencia de que piensa mucho [risas]. Siempre está pensando.
¿Te emociona volver a tocar en Colombia?
Debo decir que cuando fuimos a Bogotá por primera vez fue increíble ver cómo la gente reaccionó a la música de Bad Religion y cómo la conocen de bien. No sólo las canciones que suenan en la radio. La gente se emocionó de verdad. Queríamos volver lo más pronto posible y será un privilegio tocar de nuevo para ustedes.
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