Por: Natalia Rodríguez / Colaboradora Colectivo Sonoro.
«Voz de chivo» y «canta como una cabra» eran tan solo unas de las frases que oía Shakira Isabel Mebarak Ripoll cuando en los años 90 golpeaba una y otra puerta. Las emisoras no confiaban en que una niña costeña, de caderas grandes, pocos senos y un montón de pelo negro, pudiera romper la historia de la música.
Sin embargo, ella fue tan intensa e insistente, como son sus mismas canciones, es que no hay manera que una canción de esta mujer pase desapercibida; sino podríamos analizar horas la letra de “Ciega Sordo Muda”, pero eso es de otro artículo, retomemos. Alejandro Villalobos, director de la Mega, por aquel entonces, se rindió ante la cantidad de veces que alguien terminaba hablándole de esta pequeña niña algo testaruda.
Y al parecer el hechizo se rompió, su primer álbum gustó, estamos hablando de “Pies Descalzos”, era imposible que no gustara. Shakira compone, produce, baila y toca instrumentos que dejó a todos en poco tiempo con la boca abierta.
Como si esto fuera poco la letra de ‘se quiere, se mata’, por primera vez hablaba de las hormonas, del aborto en una sociedad mojigata, y las consecuencias de una noche desenfrenada de sexo. Eso sin mencionar que para las niñas, que por esa época ya estábamos descubriendo los noviecitos, canciones como ‘Antología’, ‘Estás aquí’ o ‘Te espero sentada’, empezaron a generar una fanaticada que se mantuvo por décadas.
Sin embargo, Shakira es de amores y odios, pero para ese momento todo era color de rosa, se le admiraba, era una representante importante al interior de Colombia, aún así como buenos colombianos, dudábamos que se hiciera algo fuera del país. Es que era una mujer no tradicional y el mercado anglo era bien claro en sus preferencias.
Pero aún quedaba un recorrido que seguir, canciones que lograrían llevarla a la gloria. Shakira es una mujer que tiene en su familia orígenes libaneses, como más adelante lo diría una canción, “sus caderas no mienten”. Por eso, en el álbum “¿Donde están los ladrones?”, el mundo de la música conoció qué tanto poder existía en Colombia. De repente, un video donde la protagonista hacía honor a los ojos de un hombre, mostraba que la mayor expresión del arte está en la danza. Por supuesto, no hablamos de otra canción que la popularmente descargada, reproducida y acreedora de varios premios: “Ojos así”.
Shakira vendió con este álbum más de 14 millones de copias, los expertos ya afirmaban que esta mujer de menos de 1.60 cm de estatura ya estaba lista para llegar al mercado anglo. Y así fue.
Tres años después, esta mujer conquista el éxito internacional con “Laundry Service”, canciones como “Whenever, wherever”, “Objection” o “Underneath your clothes”, la hacen ganarse un lugar para siempre el mercado anglo de la mano de Emilio y Gloria Estefan. El éxito de este álbum fue absurdo: #1 de ventas en España, Top 10 en ventas de países como Dinamarca y Suecia; #3 dentro del Billboard 200. 3 Discos Platino, entre otros.
La historia podría seguir como una enciclopedia musical sin parar, dos versiones de cada álbum que salían al aire, como es el caso de Fijación Oral, en el que esta mujer da muestra de toda su capacidad a la hora de componer.
Shakira cuenta con la módica suma de 420 premios en su carrera, dentro de ellos 3 premios Grammy, además de tener su propia estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood.
Aún así, ha recibido las críticas más duras de toda su “fanaticada”, en el momento que decide unirse a la música del momento: el reggaetón, sus colaboraciones con Maluma, Anuel AA, Nicky Jam o canciones como “Loba”, “Rabiosa” o “Chantaje”, parecían borrar todo lo que por más de veinte años había alcanzado.
Sin embargo, Shakira jamás ha sido de esas artistas convencionales o que no escucha al mercado, ella ya hacía parte del hall de la fama y debía escuchar los movimientos de la música. Porque si ella pudo ver algo con claridad después de su paso con los mejores productores de música del mundo era que el reggaetón no sería un ritmo momentáneo.
Así que supo mezclar canciones como “Lo que más” con “Gordita”, porque un artista es versátil y ella sí que lo sabe bien. Fácilmente puedes llorar con sus composiciones, para luego bailar sin cesar y después sentarte a pensar si en realidad Dios nos creó en el octavo día.
Pero lo que se vino con “Waka Waka” o con “La La La”, era ya rozar niveles de fama y prestigio que ninguno de los colombianos creía posible. ‘Waka, Waka’ alcanzó el primer lugar en listas de países como Austria, Bélgica y Finlandia, entre otros, y como si esto fuera poco es la canción que más reproducciones ha alcanzado en la historia de un mundial.
Con este pequeño antecedente no era de sorprender que ella diera muestra de todo su esplendor y baile en el entretiempo del Super Bowl al lado de la exitosa JLo, lo que muchos no contemplamos es que fuera precisamente Shakira quien nos ayudara a que el mundo conociera porque la Champeta y el Mapalé hacen parte de toda nuestra historia, idiosincrasia y esencia.
Ella llevó toda su historia musical para gritarle al mundo por qué Colombia ya no es guerra, ya no es droga, es baile, música y sobre todo danzas folclóricas que no nos avergüenzan, más bien todo lo contrario nos llenamos de amor y orgullo cuando vemos a extranjeros haciendo challenge para entender qué es lo que llevamos en la sangre.
Eso fue lo que esta barranquillera le dejó a las generaciones que solo conocían a Colombia por series de Netflix o narconovelas.
Esta es mi manera de decirle GRACIAS a esta barranquillera, bueno no soy quizás tan objetiva, es que las mesas de mi casa me vieron cantarla y bailarla desde que tengo 10 años. Pero eso sí, los premios y reconocimientos de esta colombiana llamada Shakira no mienten, así como tampoco sus caderas o sus ojos.
GRACIAS Shakira por canciones que nos han permitido aliviar la tusa, bailar, reflexionar o incluso acompañarte cuando sentías perder la batalla en medio de la evolución de la tecnología.
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