La banda de Groove Metal Kaijú se llevó el título de Monster del Rock en su edición número 11.
En una final muy reñida en donde cinco proyectos mostraron los mejor de su repertorio, el poder y la energía de Kaijú jugó un papel fundamental para que 8 de los 10 jurados le dieran su voto, el voto del público lo ganó la banda de Ska-Core bogotana Skandash, quienes fueron los primeros en abrir la noche con una impecable puesta en escena, política, activista, contestataria y musicalmente notable.
A Skandash le siguió otra propuesta de ska en sus formas más clásicas, una banda conformada por músicos que han dedicado sus días a ensamblar canciones que transmiten al mismo tiempo diversión y un mensaje contundente, uno de los fuertes de Blam Blam Fever es el mensaje de sus letras, en tiempos en donde hay pocas palabras y muchas palabras vacías, la importancia de las letras con contenido se hace sentir.
Después el escenario se lo tomó la poderosa In Ashes, visual y violenta, sonidos industriales y ultra pesados, con una ejecución de alto nivel, es una de las bandas más contundentes que vimos en el concurso y de seguro una de las de más proyección.
Sonic tuvo una de sus mejores presentaciones, la potencia de la voz de su front man Thomas Fay combinada con los talentos individuales de la banda la convierten en una de las mejores propuestas nacionales y una de las de mayor proyección internacional por su multiculturalidad, la banda suena fresca y diferente, las canciones llegan inmediatamente al cerebro y en general es una banda que pareciera estar lista para tomarse los escenarios del mundo.
Estas cuatro propuestas deben ser escuchadas, el concurso mantuvo un nivel muy alto durante todas sus etapas.
Para cerrar la noche llegó la banda caleña Kaijú, desconocida para casi la totalidad de los jurados, un proyecto paralelo a Zola, la banda de su cantante y guitarrista Diego Zola, un power trio conformado por tres extraordinarios músicos de trayectorias notables en la escena, que suena como un cañón, coordinado, cada nota en su puesto, riff rápidos y agresivos navegando sobre una base rítmica que nunca se cae, cautivaron a los músicos y al público que abarrotó las instalaciones de The Grange Venue en Bogotá, lugar escogido para la final después de haber realizado más de 12 conciertos en Bbar, dos escenarios de rock en la capital que siempre apoyan la escena independiente.
Es interesante ver la calidad de las propuestas que tenemos en la escena y tratar de entender cómo es que siguen sonando las mismas en las radios, en los festivales y en los medios, pareciera que a los que manejan estos espacios les diera pereza descubrir algo nuevo y se relajaran en la complicidad de mantenerse junto a los amigos de 20 años atrás, Colombia se está perdiendo lo mejor de su música por la desidia de quienes podrían colocarlos en los oídos de todo el mundo.
Se cumplió la edición once de El Monster del Rock, en un ambiente de camaradería y de profesionalismo, un evento que es financiado por las mismas bandas de manera autogestionada y que Subterránica coordina junto a aliados estratégicos.
Al final Kaijú, además del reconocimiento y la mano cornuda de Subterránica, se llevó los premios de todos los que hicieron posible el concurso: Bbar, The Grange, LouiSaint Guitars, Cedar Musical, Symmetry Records, Arwen, Dark Room Paper, Audio Producciones Patrick Mildenberg, Laney Latinoamérica, LDM Alternativos, White and Color soluciones audiovisuales.
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