«Cada escena se convirtió en la banda sonora de nuestras vidas» dice Andrea Mora, directora coreográfica y participante de ‘Bang Bang’, una creación colectiva de un grupo de cinco mujeres amigas que se dieron cuenta que las personas muchas veces callan sus historias porque creen que al otro no le pasan, pero las coincidencias resultan ser más usuales de lo que se espera.
Al igual que pasó con Quentin Tarantino, la versión de Nancy Sinatra de ‘Bang Bang’ las inspiró y decidieron tomar el nombre de ahí. Aunque no han sabido definir su propuesta escénica en una sola palabra dicen que cada una es buena en algo y guiadas por el desequilibrio, término central y y eje de las historias, representan a través del cuerpo, el audio y el espacio diferentes momentos de sus vidas.
Algo que tuvieron claro desde el comienzo es que al describir su proyecto muchos se iban a preguntar, “son cinco mujeres, ¿qué van a decir?”. Por eso una de sus posiciones es “no victimizar a la mujer y no hablar desde un punto feminista en que ‘las mujeres todo lo podemos hacer’ porque no pasa”, explica Luisa Guerrero, una de las actrices. De hecho no todas las historias se basan en un hecho doloroso. “La sensación de un beso, por ejemplo, es un desequilibrio desde otro punto de vista”, retoma Andrea.
Vulnerabilidad, amor, pasión, libertad y moralidad son algunos otros estados que se ven en las microhistorias, según se lee en los flyers tipo postal que reparten antes de las funciones. Para Luisa es un ejercicio de compartir más que de liberación, aunque aclara que “contar algo abiertamente no es fácil”. Andrea por su lado, opina que tanto ellas como el público tienen su propio punto de vista sobre las historias. Depende qué relación o no encuentren con lo que se expone.
El montaje: la detonación
A partir de un desayuno que se prolongó hasta la cena, ha transcurrido un año de trabajarle a ‘Bang Bang’. “Cada una empezó un poco a volar en su pecera del arte desde entonces y no habíamos tenido ningún problema”, cuenta Luisa. Hasta el montaje.
“Este momento siempre tiene la virtud de sacarle a uno el demonio y entre viejas es más difícil porque hay muchas personalidades. Nos guardamos muchas cosas hasta que llega un punto en que… ¡bang bang! Pero bueno, una discusión en un año no tiene ninguna importancia y ha hecho que el proceso crezca un montón”, añade la actriz.
El resultado es un conjunto de áreas artísticas que se apropian de un lugar y lo convierten en seis representaciones que en vez de sobresaturar, muestran la capacidad del ser humano de recrear sentimientos a través de distintos lenguajes. Actuación mezclada con mapping y narración en audio; baile, integración de elementos, fotografías que exponen contrastes, una escenografía recursiva, el cuerpo como instrumento y recursos visuales que dejan mensajes hacen parte del mundo ‘Bang Bang’.
Para Diana Pareja, encargada de la dirección audiovisual y gráfica, arriesgarse fue primordial. “Había que perder el miedo a pasar esa línea del cuadrado. Esa línea que nos ponen desde chiquitos cuando nos dicen ‘hey no se salga de la línea’. Esas cosas hay que romperlas. Perder el temor de que no le guste a la gente solo porque no se hace de una manera determinada. Se trata de ser fiel a uno mismo. De saber qué se quiere, hacerlo bien y ponerle el alma”, dice.
Sobre la música
Gustavo Santaolalla, René Aubry y la canción ‘My Boy Lollipop’ son algunos de los nombres que salen de inmediato al preguntarles por los referentes musicales de la obra. Cuerdas marcadas y sonidos que sirvieron como complemento para las actuaciones o darle sentido a una imagen. Como dijo Andrea y mencionábamos al comienzo de la nota, cada escena se convirtió en una banda sonora para sus vidas.
Función: sábado 24 de octubre 8:00 p.m.
Lugar: Ágora. Academia de Artes Guerrero (Carrera 18A No. 43-50)
Boletería: $20.000. Estudiantes $10.000