Sebastián Gómez de Sanalejo: «hay un público que extraña las bandas orgánicas»

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Sanalejo.

Por: Pablito Wilson.

Colaborador Colectivo Sonoro.

Cuesta distinguir si la ilustración de la portada es un corazón o es un abstracto arcoíris, pero no cuesta entender el mensaje que la banda deja claro en la portada: ‘Seguir latiendo’. Siempre se puede seguir latiendo, siempre se puede seguir haciendo música, siempre se puede seguir usando el corazón como un motor de millones de caballos de fuerza. Siempre, aunque los tiempos cambien. Que los tiempos han cambiado es la segunda certeza, tallada a fuego en los primeros diez segundos de la primera canción del disco: “A paso lento”. Vientos y ukulele, pasado y presente. Lo que la banda quiere conservar y jamás va a soltar combinándose con lo que la banda quiere proponer y que probablemente, tampoco va a querer soltar.

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Portada de ‘Seguir latiendo’, nuevo disco de Sanalejo.

¿Por qué entrevistar a Sanalejo en el momento en el que Sebastián Yepes, su figura más icónica hasta este momento se aleja del grupo? Simple, porque vale la pena. No solo porque en medio de un mercado difícil para el libre albedrío han hecho un disco honesto que logra notablemente las pretensiones explicadas en el primer párrafo, sino porque este álbum demuestra que Sanalejo dijo que no a muchas de las concesiones que un artista puede o no hacer a la hora de grabar un disco de pop. Decir que sí a algunas de ellas también puede ser una opción válida, pero seamos honestos, decir que no puede equivaler a hacer el trayecto Manizales – Bogotá en bicicleta por una carretera que no está pavimentada.

Cuándo Alberto Marchena (director de Los 40 Principales) anunció sacar el reggaetón de su programación radial, el escándalo hizo que nos enfocáramos en la parte menos importante del enunciado. ¿Qué importa que una radio nacional saque el reggaetón de su programación, cuando hay decenas de radios dedicadas a los géneros urbanos? ¿Qué le importa a los artistas, a los oyentes y a los promotores de dicho género tener un espacio menos? Nos perdimos de ver que la gran noticia, que Marchena está abriendo un espacio para el pop. Probablemente él haya notado que dos de los Latin Grammy más importantes de la última ceremonia se los ganó Natalia Lafourcade, el galardón que se ganó Monsieur Periné en ese mismo certamen o la velocidad con la que Manuel Medrano está creciendo en You Tube y colándose en emisoras radiales de Colombia y México (sin obviar la entrevista que le hizo el exclusivo periodista y personaje peruano Jaime Bayly días atrás). Los 40 Principales, con él a la cabeza, están viendo eso. Aparentemente Sanalejo también.

Ahora viene la segunda pregunta: ¿Por qué entrevistar al nuevo del grupo entonces? Porque a veces poner el ojo en lugares diferentes, arroja respuestas que serían imposibles desde otras ópticas. Gracias a Sebastián Gómez, eso pasa con esta entrevista.

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Contame un poco quién es Sebastián Gómez y cómo llegó a esta versión recargada de Sanalejo.

Cuándo Sanalejo comenzaba a salir yo tenía una banda llamada La Butaca en Manizales, así que abrí varios conciertos de ellos allá. Son mis amigos de toda la vida, tenemos una amistad que termina trascendiendo a la música. Luego me radiqué en Bogotá también, así que siempre estuve en la periferia de la banda, compartiendo amistades y contactos. Fui solista y grabé varios discos, pero en 2011 decidí parar porque ya llevaba muchos años luchando por eso; ya que no es fácil y como es solista es más complicado. Entonces decido irme a vivir a Australia dónde hice cosas diferentes a la música.

¿Qué es Sanalejo para vos?

Es un referente. Para todos los que nos dedicábamos a hacer música en Manizales. Como era una ciudad pequeña, cuándo ellos comenzaron a sobresalir fueron una influencia para todo el mundo. Fui fan y por amistad conocí muchos detalles íntimos de la banda y de las composiciones. Yo tengo una carrera de unos quince años en la música y he estado luchando por un lugar en la música de Colombia, durante todo ese proceso siempre he estado muy rodeado de los Sanalejo.

¿Antes de entrar a Sanalejo qué canciones o discos eran tus favoritos?

Sanalejo marcó una generación que es mi generación y todas esas canciones, sobre todo del primer y segundo disco, fueron para mí muy importantes. Yo iba a los shows a soñar desde mi posición de amigo y de fan con la idea de estar en una banda así o en esa banda en particular. ‘No lo hagas’ (‘Mejor que tú no hay nada’, ‘Me gusta’) musicalmente los llevó a un nivel superior, ahí ellos mostraron el avance musical. Es un álbum que para ellos es muy importante y para mí también, está muy bien logrado en la parte de los vientos y por el lado funk, ese lado que han explotado mucho. Dejó una canción llamada “Indeleble” que no puede faltar en los shows y que marcó para siempre a la banda y sus seguidores. También disfruto canciones como ‘Barman’ o ‘El diablo’ que despiertan energía en la gente, son muy ricas de cantar y me llenan de orgullo. O una balada del primer disco que se llama ‘El último tren’, que es muy sentida, tiene un ‘mood’ muy especial y que ahora en vivo la hacemos solamente tres integrantes con guitarra, voz y saxo. Una versión muy íntima de esa canción que hace que la interpretación sea más sentida y permite que vocalmente se le aporte bastante a la canción. Lo mismo pasa con ‘Indeleble’.

Tanto ‘No lo hagas’ como ‘Seguir latiendo’ los trabajaron con el músico de Juanes y reconocido productor Fernando ‘Toby’ Tobón ¿Cómo fue trabajar ahora con alguien de esa categoría que conocía a tus compañeros pero recién estaba acercándose a tu trabajo? ¿Y cómo viste a tus compañeros encontrándose en estudio con un profesional que ahora tenía casi diez años más de experiencia?

Toby fue uno de esos productores con los que siempre quise trabajar. En esa época Jero (Salazar, bajo) me hizo el contacto y yo viajé a Medellín dónde él trabajaba en esa época con Juanes. Hablé con él para grabar unas canciones que a él le habían gustado mucho y encontré buena onda. Pero mucha gente quiere trabajar con él, y en ese momento de mi vida yo tuve que escoger entre grabar o comprar un apartamento. Cuándo me ofrecen ser el vocalista de Sanalejo y me dicen, además, que el productor sería él, era un sueño hecho realidad, además del estar con Sanalejo.

Empezamos la preproducción y cuándo me tocó la sesión, me sentí un poco intimidado, pero él es un man que te da toda la confianza y sabe cómo sacar lo mejor de cada artista, hoy en día somos muy cercanos. Había un interés muy grande de que él cogiera las riendas de esta nueva etapa, fue un canalizador y catalizador de todas las ideas con las que Sanalejo quería volver. Se hicieron alrededor de treinta y cinco canciones para este nuevo disco y él las escuchó una a una; cuándo grabamos fue increíble porque las canciones que teníamos alcanzaron una atmosfera diferente y colores diferentes. Nunca pensamos que podrían tomar esa onda, sus arreglos no tan elaborados pero si muy bien puestos hicieron un trabajo increíble.

Tenemos una idea de dónde vienen las raíces de tus compañeros, ¿pero de dónde vienen las tuyas? ¿Propusiste sonidos para el disco que tengan que ver con tus gustos personales?

Yo soy compositor y en este proceso de Sanalejo trabajamos mucho en conjunto. Aunque es Toby quién debe decirlo, a él le gustaba mucho mi versatilidad, eso hizo que canciones como ‘Dragones devorando aviones’, ‘Mi mitad’ y ‘A paso lento’ tuvieran un sello bien particular por el color y la calidez de la voz. A mí me gusta mucho Soda Stereo, Robi Draco Rosa, U2, Red Hot Chili Peppers, Maroon 5… Igualmente, nosotros en Colombia estamos permeados por muchísimos ritmos autóctonos. Fue un proceso de explorar muchos lados y muchos sonidos y yo venía con algunas influencias del rock británico. Mauricio (Ramírez, batería) por ejemplo venía vivir en Holanda y Ricardo (Narváez, saxo alto y flauta) de Alemania. Todos teníamos mucha información, todos sabíamos hacia dónde tenía que ir Sanalejo, pero digamos que nos enfocamos mucho en las letras y tal vez eso corresponda a la etapa de madurez en la que estamos. Ya no hablan del alcohol de las rumbas o la fiesta, no escribimos lo primero que se nos viene a la cabeza, creo que este es un disco con letras muy positivas. Acerca de los ritmos teníamos claro que no podíamos hacer algo tan funk y con Toby se habló de llegar a un punto medio entre proponer algunas cosas y no perder la esencia lo que se hacía antes; sobre todo en las melodías de las canciones, en el manejo de los vientos y en los coros.

Fuiste a Australia por motivos diferentes a la música, ¿pero aportó esta experiencia de alguna manera a tu carrera como cantante?

Claro, yo creo que siempre que viajas estás permeándote de una cultura nueva y eso tiene que ver en cuánto a la música, a la forma de realizar un show. Australia es un país multicultural y allá tuve mucho contacto con brasileros; pude ver la forma en que interpretan, la energía que ellos proyectan en los shows y la forma en que se conectan con la gente. Ver que allá la gente paga la boleta por tener una experiencia, ir a un bar y encontrarte a un chico tocando bandas con corte de rock británico. Todo eso se fue permeando. Sanalejo ha sido siempre muy fuerte en los shows, pero en esta nueva etapa nos hemos preocupado mucho más porque la gente disfrute una experiencia.  A veces el público comienza a cantar y nosotros solo dejamos que ellos lleven el hilo del concierto.

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Hace poco un reconocido director radial sacó el reggaetón de su programación, pero a su vez también comenzó a abrir espacios para un nuevo formato de pop más orgánico que comienza a ganar protagonismo, y que está representado por artistas como Natalia Lafourcade, Monsieur Periné o Manuel Medrano. Y a ratos ‘Seguir latiendo’ parece estar buscando un enfoque similar, por ejemplo, aunque el disco parece un hermanito inquieto del anterior álbum, en él se percibe también una sonoridad delicada y cuidada (como la que caracteriza las canciones de estos artistas). ¿Qué tanto se siente identificado el Sanalejo de 2016 con estos nuevos sonidos que proponen cambiar el pop?

La industria ha cambiado y eso lo hablábamos mucho con Toby. El pop es muy extenso, abarca muchas cosas, es permisivo y esta onda de un pop, digamos más alternativo, está calando muy bien y a nosotros nos gusta mucho: Lo que hace Juan Pablo Vega, lo que hace Monsieur Periné, lo que hace Estemán. Creemos que hay un público que está un poco cansado, que está extrañando esas bandas orgánicas que interpretan sus instrumentos. Hay un espacio para esas bandas ahora que está creciendo, mira que son bandas que salieron independientes y ahora las disqueras se están volcando sobre ellas. Nosotros queríamos hacer lo nuestro sin perder nuestra esencia, pero también dándole un sonido actual. Ahí Toby puso las canciones en unos colores que pretenden golpear esa onda que nos gusta y nos parece interesante explorar. Por ejemplo ‘Sufriendo por amor’ es una canción que propone un poquito, pero también guarda la esencia en los vientos; además está cantada por todos al unísono como pasaba con ‘El diablo’. Nos preocupó mucho ese concepto orgánico, incluso ahora en vivo vamos a hacer versiones mucho más orgánicas aún, que muestren que en Sanalejo cada uno toca su instrumento. Todos sentimos que es un disco que podría funcionar muy bien en México, dónde esta música tiene muy buena acogida.

Creemos que hay un público que está un poco cansado, que está extrañando esas bandas orgánicas que interpretan sus instrumentos.

Sanalejo nunca ha utilizado colaboraciones, al menos no de cantantes conocidos que puedan impulsar una canción. ¿Lo analizaron para este álbum? ¿Lo descartaron?

Estuvimos muy abiertos a ellas, pero es que grabamos en un corto periodo de tiempo y eso coincidió con una agenda muy apretada de otros artistas que queríamos involucrar. La balada ‘Voy llegando’ por ejemplo, la quisimos hacer con Manuel Medrano, pero él estaba muy ocupado haciendo promoción en México y entrando a ese mercado allá. Quisimos hacer un ‘feat’ con la gente de Monsieur Periné, precisamente para lo mismo; pero ella (Catalina García) tuvo unos viajes precisamente en ese momento. Estuvo la aprobación de ambas partes, pero el tiempo fue muy poco.

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